Harry Salvarrey y Pipa

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El sommelier de cervezas e integrante de “Perros de la calle” por Urbana Play, relata cómo le cambió la vida su hija peluda rescatada, que hasta le hizo experimentar temores que desconocía.

Por Paula Labonia

 

-La historia de Pipa se hizo viral cuando apareció el dueño anterior, ¿qué te pasó por dentro en ese momento?

-Me coincidió con otro quilombo laboral y tuve un mecanismo que es muy mío que fue negarlo completamente. El dueño anterior apareció a los ocho o nueve meses de haberla adoptado nosotros. De hecho después nos enteramos de que había estado más tiempo en casa que con él, que también la había rescatado.

-¿Cuánto hace ya de su llegada?

-Pipa cumple un año con nosotros a mediados de septiembre. Yo tengo un bar que se llama “Desarmadero” y apareció ahí. Se la llevó el cajero para tenerla un tiempo hasta resolver qué se hacía mientras la publicábamos en redes y buscábamos a su dueño. 

-¿Y cómo terminó con ustedes?

-Lo empezamos a hablar con mi novia pero yo estaba con el tema de que era mucha responsabilidad y de que íbamos a tener que pasearla y se nos iba a complicar cuando viajáramos. O si nos encariñábamos y después aparecía el dueño…. Con muchos miedos y mi mujer más mandada. Hasta que lo hablamos más en profundidad y quedamos en que lo íbamos a intentar. 

-¿Cómo fue la adaptación finalmente?

-Tardó dos segundos en adaptarse. Entró, hizo un recorrido por la casa, le pusimos el platito con alimento y lo comió muy voraz. Nos dieron un montón de consejos pero no seguimos ninguno (risas). 

-¿Es muy “reina de la casa malcriada”?

-Sabés que no. De hecho le tengo prohibido que suba a la cama por ejemplo. Me gusta mantener la habitación libre de pelos, así que directamente trato de que no entre. 

-¿Cómo se llamaba antes?

-No lo decimos ese nombre. No tengo el miedo a perderla superado así que no lo pronuncio en voz alta. Cada uno lidia con lo suyo. Es como el año pasado que no decíamos la palabra “campeón” porque era lo que todos deseábamos. No es racional. 

-¿Cómo es eso de que tenés miedo a perderla?

-Pipa me generó ese miedo nuevo que yo no tenía. Se instala y se queda. Es algo constante que está ahí con momentos disparadores como cuando apareció el dueño. O es el miedo a que le pase algo a alguien que querés y que no tiene las mismas herramientas que vos.

-Suena a miedos como los de un padre primerizo…

-Supongo que a otra escala pero sí. Encima ella es re inconsciente. Ve un gato y sale corriendo por ejemplo. Así fue que se me escapó. Y otra vez se le soltó el collar porque lo tenía flojo y cruzó la Avenida Corrientes. 

-Seguramente algo así sucedió con el dueño anterior, ¿te enteraste cómo fue que apareció en tu bar Pipa? 

-Estaban armando un local enfrente y el dueño anterior de Pipa diseñaba el interior. Él es de Entre Ríos y cuando se le perdió, justo tuvo que volver de apuro y no pudo buscarla. 

-En la radio contaste que entendió que con ustedes estaba muy bien y quedaron en que la iba a visitar cuando volviera a Buenos Aires, ¿ya sucedió el reencuentro?

-No no, todavía no se dio. 

-¿En qué se parece a vos Pipa?

-Algo del carácter tranquilo, medio pancho. A los dos nos gusta la tranquilidad. Y lo otro que me sorprendió mucho es que la primera vez que puse música fuerte en casa, que me encanta, se quedó re tranquila. Ni levantó las orejas. 

-¿Ya hicieron viajes con ella?

-Mi mujer es de Chubut y fuimos con Pipa. También la llevamos a Chapadmalal. La ruta en auto no le gustó nada así que no sé si lo repetiría. El avión se lo bancó mejor. La playa le encantó, aunque no el agua. 

-¿Tenías ganas de adoptar o fue por casualidad?

-Estaba en mis fantasías. Siempre me gustaron los animales y sobre todo los perros. La verdad que no compraría porque hay tanto perro dando vueltas. Los galgos por ejemplo. ¡La pasan re mal! Y está buenísimo darles una nueva vida. 

-¿Sos de promover la adopción y el cuidado animal de alguna manera?

-No soy un militante. Estoy a favor pero no tengo una actitud muy activa. Apoyo a quienes lo hacen pero tampoco juzgo al que no quiere adoptar. 

-¿Tu bar es Pet friendly?

-Afuera sí se puede e incluso les ponemos un platito con agua. Adentro no pero por reglamentación. Es un tema más complejo. ¡Si fuera por mí sacaría a todos y que entren sólo los perros! Pasa que son cuestiones que hay que cuidar por un tema de higiene. 

-¿Cómo continúa tu vida profesional este año?

-Vengo re bien con la radio y con el bar así que suficiente con eso. Siempre abierto a propuestas y posibilidades, por supuesto.

 

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