Jorge Montenegro

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Faltando solo tres materias para recibirse de Biólogo, y en un momento muy triste de su vida, se cruzó en la calle con una perra a la que llamó Pampita y le cambió la vida. Empezó a adiestrar a ella y sus hijos Betún y Violeta, ambos perros fueron parte de “Los Simuladores” y de “Casados con hijos”.

Fotografía: Martina Zamudio

¿Hace cuánto tiempo trabajas con perros?

Comencé a trabajar con perros como paseador en 1993, hace 26 años.

¿ Cuál es para vos la mejor forma de adiestrar?

Muy en general te puedo decir que usando comida, juego y caricias a un perro se le puede enseñar todo lo que necesita para sobrevivir en el complejo mundo de los humanos. Y hacer esto es relativamente simple, con las variantes que pueden surgir en relación a la raza, la edad o la personalidad .

¿Qué te parece la postura de algunas personas de humanizar su vínculo con sus perros?

Tema aparte es la influencia que ejercen sobre el perro, los humanos que lo acompañan. Mi punto de vista con respecto a esta cuestión es muy diferente al del resto del mundo del adiestramiento y más de una vez me he visto envuelto en debates muy intensos defendiendo mi postura. Recuerdo una vez, en un seminario de Modificación de Conducta del entrenador Juan Carlos Moreda, yo dije que no me parecía mal que la gente “humanizara” a sus perros o que los tratara como si fueran hijos porque yo también lo hacía, prácticamente me excomulgaron. El problema es que los modelos para entender cómo los perros se vinculan con los humanos o cómo se adaptan a nuestras vidas son obsoletos: en general se reducen a que el perro perciba que sus dueños son “Los líderes de la manada” y las técnicas para lograrlo son las denominadas Alpha-roll.

Las últimas investigaciones en diferentes universidades del mundo nos hablan de que el bucle de la oxitocina que funciona por retroalimentación entre una madre humana y su bebé a partir del contacto visual entre ambos, también se activa entre los perros y sus humanos acompañantes; que los perros tienen un músculo arriba del ojo que le da un aspecto más circular similar al de los bebés humanos, y que ese músculo no existe en los lobos; que los resultados de tomografías nucleares magnéticas funcionales realizadas a perros y humanos demuestran que ambos cerebros poseen zonas análogas para procesar estímulos sonoros no lingüísticos con contenido emocional positivo, con independencia de la especie que emita el sonido. En esta instancia es probable que a nuestra psiquis le cueste diferenciar entre ambas especies a la hora de expresar o interpretar sentimientos y emociones, simplemente porque como seres humanos, sólo podemos responder como seres humanos a aquello que nos conmueve o nos atrae. Por lo tanto “humanizar” no es una opción, es una realidad que nos invade cada vez que nos vinculamos con un perro. El problema es que esta humanización muchas veces también “enreda” a nuestros perros y ellos involuntariamente terminan exponiendo conflictos nuestros, totalmente humanos, y a ese emergente le damos el nombre de “problema de conducta”.

Por todo esto, desde hace tiempo trabajo como entrenador bajo un nuevo paradigma en el cual los conflictos con los perros adquieren un significado distinto, en tanto están vinculados a las historias de vida de sus dueños, a sus pasados, presentes y futuros. Y están relacionados de manera tal, que necesitan de todo el sistema para ser gestionados, incluido el entrenador. En esta relación es posible ejercitar los límites, la paciencia, la empatía, aprender a perdonar y a amar o volver a amar. Todo en un juego de roles y ante la inesperada paradoja de aquél que, creyendo que estaba entrenando, termina involuntariamente “siendo entrenado”.

¿Hay razas que son más difíciles que otras o siempre es el humano el condicionante?

Cada raza tiene un sesgo particular de acuerdo a su historia y a la utilidad para la cual fue creada. No es que sean más o menos difíciles, lo que ocurre es que tienen una determinada predisposición genética en su comportamiento y eso indudablemente se traduce en un condicionante importante en la convivencia con los humanos. De cualquier manera lo notable es cuando se encuentra una relación causal entre alguna particularidad del perro, más allá de la raza, y la dificultad o conflicto del humano con el que convive. Esto se comprende mejor con un ejemplo, el cual es una de las historias más conmovedoras que recuerdo y una de las primeras que observe bajo este modelo de trabajo: Un hombre sufría de temor a muchísimas cosas: no le gustaban las multitudes, no soportaba el frío, ni los ruidos fuertes, el último tiempo ya no salía de su casa. Entonces adoptó un Border Collie sin saber que ese cachorro también tenía un miedo profundo a cualquier cosa, incluido salir de la casa. Y resultó que el proceso de educación y entrenamiento para que el perrito superara sus miedos fue algo muy distinto a lo que siempre se hacía en su familia, en la cual todo lo que atemorizaba lo evitaban. Entonces el trabajo que yo le indiqué hacer con su perro terminó en un aprendizaje para él mismo de que había otras opciones con respecto a los miedos. Lo más fuerte fue, después de mucho tiempo, verlo a este hombre fuera de la casa, en invierno, con dos gorros de lana , dos camperas de pluma y guantes de esquiar, tirándole la pelota a su perro en un campo de golf blanco de escarcha.

Contanos sobre vos, cómo te iniciaste?

Soy de un pueblito hermoso que se llama Pirovano, en la provincia de Buenos Aires, tuve un padre muy especial que me inculcó el amor por los perros y al que yo idolatraba y que se fue demasiado pronto, en 1986, al año siguiente vine a Buenos Aires comencé a estudiar Geología pero extrañaba mucho a aquél gran hombre y vivía embargando por una tristeza muy profunda hasta que en 1993 se me cruzó una perrita en la calle a la que llamé Pampita y mi vida comenzó a tener sentido nuevamente. Dejé la facultad faltando tres materias, me comencé a dejar el pelo largo y comencé a pasear perros. Luego vinieron los hijos de Pampita, Betún y Violeta con los cuales aprendí a entrenar, ellos fueron luego el “Betún” de Los Simuladores y “Fatiga” de Casados con Hijos. Esta es la historia, luego formé una familia increíble con una mujer como no existe otra y vinieron tres niños luminosos y muchos más perros. Hoy vivimos todos juntos rodeados de la naturaleza.Y todo esto gracias a que una cachorra se me cruzó en la vida. Hace mucho que siento que soy el primero que ha sido transformado y salvado por un perro y en cada caso nuevo que me toca intervenir nunca me olvido de esto.

 

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