Apple & Luli Fliess

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Llegó de manera inesperada y fortuita a la vida de la artista plástica. Aunque parezca increíble, Fleiss había pintado a Apple tres meses antes de que apareciera en mi vida.

Fotografía: Vicky Polak

Cuál es tu primer recuerdo de animales en tu vida?

Como la mayoría de los niños que tuvieron la suerte de nacer en una casa con jardín, mis cuatro hermanos y yo tuvimos la posibilidad de crecer rodeados de mascotas, desde tortugas hasta loros, gatos, perros, hasta caballos! Nuestro vecino tenía un caballo en el terreno baldío de atrás de casa. Con los perros en particular siempre tuve empatía. No concebía un hogar sin perro, me parecía que faltaba algo. Llegar a una casa y que falte el saludo y la alegría de saber que tu perro te recibe, me parecía vacío. Mi familia tuvo perras y siempre parían en casa. Era un festín volver corriendo del colegio a acostarse en el pasto y que se suban encima todos los cachorritos. Nos encantaba ponerles nombres y sufríamos de pena cuando cumplían los 40 días y había que regalarlos.

 

Y cuál fue el primer perro que te marcó?

El primer recuerdo que tengo de haber estado frente a un perro desde la mirada de modelo-artista fue en el 2003 un verano en Bariloche. Mi familia había alquilado una casa con jardín que extrañamente los dueños nos piden una condición: que cuidemos a su perra Tita, una labradora beige viejita de más de 15 años que decían que si la sacaban de su casa seguramente se iba a morir por la mudanza.Aceptamos.Tita dormía afuera y como era viejita apenas caminaba, solamente para ir a comer y volvía a echarse. Yo había llevado mis acuarelas y me inspiré en su pose, Tita se convirtió en mi modelo vivo. Hice mi primer serie de dibujos de perros: “Tita Patagónica”. Y desde ahí no paré. Años más adelante sentí la necesidad de incorporar en mis pinturas y esculturas la figura humana junto a la canina. Comenzar a borrar los límites entre la humanidad de los perros y  la animalidad del hombre.

 

Cómo llega a tu vida Apple?

Apple llega de manera inesperada y fortuita. Yo no andaba buscando un perro, estaba recién mudada a un mono ambiente, ni se me cruzaba la idea, pero podríamos decir que ella me encontró a mí. En 2010 estaba organizando una muestra individual de mis pinturas, se llamaba “Noche de Perros, Gala Canina”. El público votaba la obra ganadora, el premio eran productos de la veterinaria que sponsoreaba el evento. En la misma tarde del vernissage voy a la veterinaria a retirar los premios y ahí la veo: escuálida y con una venda en la cadera. Pregunté a las chicas de la veterinaria de quién era esa cachorrita tan linda y me dijeron riendo “Tuya, anda buscando dueño, la encontraron cerca de las vías del tren, moribunda, la rescataron y la trajeron”. Tuvieron que operarla de la cadera quebrada, que estaba descalcificada por desnutrición.  Ahí mismo retiré los premios y a Apple sin dudar.

 

La conexión con Apple fue instantánea?

Paso algo muy loco. Al poco tiempo y en una de las tantas ocasiones donde Apple y yo nos quedamos mirando, hizo una mueca, un gesto con las orejas en alerta y me apareció un recuerdo, la certeza de que yo había pintado esa imagen. Fui al día siguiente a mi taller a buscar pinturas de meses atrás y encontré que había pintado a Apple tres meses antes de que apareciera en mi vida. Desde ese momento bauticé ese cuadro: “Apple Strudel premonición” y es mi único cuadro que no está a la venta.

 

Cómo elegiste su nombre?

El fin de semana anterior a adoptar a Apple fui al recital de Coldplay y me pareció original que Chris Martin le haya puesto a su hija Apple, pensé “que lindo nombre pero mejor sería para una mascota”. Sin siquiera imaginarme que la semana siguiente iba a estar adoptando y nombrando así a mi nueva perra. Me gusta cómo suena, me parece fresco y dulce como una manzana, y tiene apellido: Strudel. Quizá suena todo a demasiadas coincidencias, pero fue así.

 

Cómo es su personalidad?

Vagabunda, cuchera y callejera, no olvida sus orígenes. Friolenta extrema. Mi hermano dice que es una especie de Yoda por su calma y sabiduría, él se quedó con un hijo de Apple y lo llamativo es que heredó su personalidad.

 

Con quién se lleva bien y con quién no tanto?

Se lleva bien con todos los humanos y con los perros. Es cero agresiva, es más: ante un perro amenazante, es una gran estratega: se entrega y se tira al piso boca arriba como diciendo “no quiero conflicto”, y gracias a ese táctica está invicta de mordidas.

 

Cuando trabajas te acompaña? Hace algo en particular?

Desde cachorra que va conmigo a todos lados, viene al taller todos los días. Llega y se mete directamente en su cucha y ahí se queda todo el día. Sale, se despereza y vuelve a meterse. Nunca me pide de salir. En invierno pareciera que inverna. Es muy fácil, cero demandante. Me saqué la lotería. En el taller tengo que estar atenta a no dejar telas o trapos a su alcance, porque va y se echa encima. A veces trabajo en el piso y ella viene y se sienta entre mis piernas. Si salgo a hacer alguna compra caminando viene suelta sin correa y se queda en la puerta del local esperándome y mirando hacia adentro sin perderme de vista. Los empleados de los locales por lo general no lo pueden creer, se mueren de ternura y la hacen pasar para acariciarla.

 

En qué cosas te inspira?

Me inspiran constantemente su lealtad, su vivir el eterno presente, su calma. Cuando parió a sus seis cachorritos estábamos en el taller y me quedé hipnotizada viendo su instinto materno durante todo el proceso. Eso me inspiró para la serie “Poder Animal” que habla de los límites entre nuestra humanidad y nuestro instinto animal. Me inspiró también concretamente una pose que adopta cuando tiene frío, se enrosca toda y se tapa el hocico con la cola. Esa pose literalmente me inspiró para crear la escultura “Despertar de la Conciencia” donde duerme un perro sobre la mente de una mujer meditando. La mujer es mi cara en yeso de una reproducción anatómica. La búsqueda de esta obra es reflejar cómo los perros nos conectan con lo esencial, con la naturaleza dentro nuestro.

 

Cómo describirías a Apple?

Lo único que sé con certeza es que es súper fiel, esta anécdota lo resume: La primera vez que la lleve al delta, cuando me metí al río y empecé a dejar llevar por la corriente en una llanta inflada, ella me vio y pese a que odia el agua y se tiró desde el muelle y nado hasta mí. La subí conmigo y bajamos juntas la corriente hasta el muelle vecino, río abajo.

 

 

TWITTER: @lucilafliess

INSTAGRAM: @lucilafliess

 

 

 

>SOBRE LULI

 

Lucila Fliess nace en Buenos Aires en 1980. Es escenógrafa licenciada en Artes del Teatro, recibida en la Universidad del Salvador y Caracterizadora Teatral del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Hija de madre pintora, desarrolló su vocación por el arte desde muy chica de manera autodidacta. Sus inquietudes estéticas la llevaron a estar en contacto con diversas áreas de las artes visuales; estudió dibujo y pintura, fotografía, puesta en escena con Rubén Szuchmacher, vestuario teatral, iluminación escénica, entre otras. Multifacética, se desempeña tanto en su carrera como escenógrafa  y  FX en los medios audiovisuales nacionales e internacionales como en su labor de artista plástica.

A diferencia de su trabajo en cine, tv y teatro; donde el objetivo esta’ enfocado en satisfacer el pedido del director; en su obra plástica en cambio se refleja la total libertad de manifestación propia de la artista. Lo tridimensional del teatro cobra vida en sus esculturas e instalaciones o simplemente se sumerge en el plano de sus dibujos y pinturas. Pasó por los talleres de varios maestros como Ariel Mlynarewicz (Asoc. A. Museo Nacional de Bellas Artes), Remo Bianchedi (seminarios postgrado I.U.N.A) y Laura Messing entre otros.

 

 

 

 

 

 

 

 

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