Lucas Lauriente, Ñoqui y Linda

El comediante posa para la cámara con sus dos hijos perrunos que lo tienen enamorado. Tanto, que ya sabe todo lo que los va a extrañar las casi cuatro semanas que se va a ir a hacer gira por Europa. “Cada vez que estoy volviendo a mi casa siento mariposas en la panza porque quiero llegar y verlos. Esta es la vez que más me voy desde que los tengo”

 

Por Paula Labonia

Fotografía: Adri Montaldo Vera

 

-¿Cómo llegó Ñoqui a tu vida?

-Ñoqui es un galguito rescatado que adopté hace un año y medio más o menos. Hacía mucho que tenía ganas de tener un perro y la familia de mi novia tenía un galgo adoptado, Hugo, que lo amo. Entré a “Adoptá un Galgo” y apareció Ñoqui en las historias. Se llamaba Iñaki pero no me gustaba mucho así que lo cambiamos a Ñoqui para no confundirlo tanto. Desde que llegó es el Señor y Rey de la casa.

 

-Y la llegada de Linda fue hace muy poco…

-Hace 3 meses que la tengo. Linda es un tránsito fallido. Apareció en la puerta de la casa de una amiga mía. Tenía las patitas sangrando pobrecita. Mi amiga la rescató y la publicó en redes para buscarle adopción. Después, como tenía que pintar su casa me pidió si se la podía tener por cuatro días. Y me enamoré mal. Cuando llegó el momento de dársela porque la iba a llevar a castrar, me puse a llorar. La castraron y la fui a buscar. Ahora ella también es la reina de la casa.

 

-¿Le pusiste vos el nombre?

-No, ya vino con ese nombre. Mi novia quería llamarla Princesa pero en lo de mi amiga le decían Linda y quedó así. Y le queda bonito porque es muy linda (risas)

 

-¿Cómo fue la adaptación con Ñoqui? ¿La aceptó enseguida?

-Sí, de hecho Ñoqui cambió mucho como perro desde que está Linda. Sufría un poco el ser hijo único. Siento que se aburría.

 

-¿Dónde duermen?

-En la cama conmigo cuando estoy solo y en sus camitas cuando estoy con mi novia. De todas maneras en la mitad de la noche se suben de contrabando (risas). En especial Ñoqui, que necesita todo el tiempo estar en el medio. Él de hecho duerme adentro de la cama apoyado en la almohada. Y no es algo que le haya enseñado yo eh. Un día llegué y estaba durmiendo así. Parece increíble pero es real.

 

-Hace poco contaste en Twitter que Linda separa el arroz del pollo porque no le gusta, ¿qué otros caprichos tienen?

-(Risas) Sí, es que no les gusta el arroz blanco. A ninguno de los dos. Se los doy a veces por indicación del veterinario. Otros caprichos -o mañas- de Ñoqui son, por ejemplo: hay un color de las golosinas que le compro que no lo quiere. Las orejas de chancho no pueden ser las blancas, tienen que ser las marrones. Y siempre tiene que pasear del lado de la pared, no le gusta del lado de la calle.

 

-¿Los sacás a pasear todos los días?

-Sí, ellos tienen una paseadora a la mañana y después los saco yo. Son medio revoltosos en la calle, en especial Linda. ¡Le gusta ensuciarse! Vamos al canil así corren o a veces salimos a tomar un café con mi novia y los llevamos.

 

-¿Y si se van de viaje los llevan o los dejan en algún lado?

-Al no tener auto la verdad que se nos complica llevarlos. Quedan en guardería o viene mi hermana o algún amigo a quedarse con ellos. Por suerte son perros muy queridos en mi círculo así que todos se pelean por cuidarlos (risas).

 

-Dentro de poco te vas a hacer gira por Europa, ¿ya estás pensando en cuánto los vas a extrañar?

-Me voy más o menos veinticinco días y los voy a extrañar un montón. Ya los extraño cuando voy a hacer un show acá en Buenos Aires. Soy muy apegado a ellos. Cuando estoy volviendo siento mariposas en la panza porque quiero llegar y verlos. Es la vez que más me voy desde que los tengo.

 

-¿Siempre tuviste amor por los perros?

-Siempre hubo perros en mi casa pero creo que el amor fuerte por ellos lo desarrollé de grande con Ñoqui y con Linda. Es un amor totalmente diferente. Ser yo la persona encargada de ellos me pega de otra manera.

 

Cuenta de Instagram: @lucaslauriente

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