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La locutora de Perros de la calle (FM Urbana Play) cuenta los vaivenes de la llegada de Freddie hace dos años y cómo ese pequeño salchicha le revolucionó la vida… para mejor.
Por Paula Labonia.
Fotografía Adri Montaldo Vera.
¿En qué momento de tu vida conociste a Freddie?
En uno en que trabajaba muchísimo. Por eso el primer tiempo fue muy difícil. Me destrozó todo. Zapatillas, cables, sillón, equipo de música… Empecé a buscar técnicas para que no le quedara nada a mano. Tuve que corregir mi vida entera. Sufr
ía un montón, aunque trataba de ponerle humor. Tanto que llegó a convertirse en una especie de reality.
Tenés miles de seguidores en tus redes… me imagino que te habrán pasado todo tipo de consejos
Me recomendaron comprarle de todo, hasta juguetes resistentes. Pero no sirvió nada. Él buscaba romper lo que a mí me hiciera daño (risas). “¿Qué es lo más caro que tenés?”Y lo destrozaba. ¡Fue como sobrevivir!
¿Te gustaría abrirle una red social a él?
Tengo una contradicción con ese tema. Me parece una idea espectacular que el perro pueda generar contenido y que eso traiga canjes porque es todo un gasto tener una mascota. Ahora, poner un pie de foto como si hablara el animal, no me gusta para nada. Me hace ruido. Y eso que si tengo un día bajón, miro un video de algún perro y me levanta el ánimo. Sigo muchas páginas de perros haciendo cosas. Me encantan. Pero este no es tan talentoso (risas).
¿No tiene una gracia?
Me da mucha risa que siempre encuentra una manera de pegarse a uno. Tiene mucha habilidad para meterse en los recovecos. Y hace ruiditos con los dientes.
Bueno, ahí tenés, eso sería un buen contenido para las redes de Freddie
Claro, podría hacer “Viernes de dientitos”(risas).
¿Es tu primer perro?
Mío mío sí. Tuve a Román, un labrador que era de la familia y los últimos años vivió conmigo. Falleció el año pasado.
¿Y cómo fue la convivencia entre ellos?
Re bien. Román era súper tranquilo. El tema es que en la pandemia se enfermó muchísimo, le salió un tumor. Estaba muy dolorido y el chiquitito se le subía encima. Se empezó a complicar. En ese momento conocí en la plaza a una chica que se ofreció a cuidarlo por un tiempo. Tenía una salchicha y Freddie estaba enamoradísimo de esa perrita. Así que se lo llevó y vivió tres meses con ella. Hasta tuvo cachorritos. En ese periodo falleció Román. Tuve que hacer el duelo y fue rarísimo. Me di cuenta de que necesito vivir con un perro. Así que bueno, cuando volvió Freddie, Román ya no estaba.
¿Te daba miedo el reencuentro?
Lo que más me angustiaba era que estaba en una casa con patio y tenía novia. Yo vivo en departamento. Pero lo extrañaba. Mi idea era probar una semana y ver si se adaptaba. Por suerte lo hizo re bien. No rompió nada más. ¡Creo que la solución era ser padre!
¿Entonces está más tranquilo?
Sí. El primer día fue raro para los dos. Pero después nos llevamos increíble. A mí me hace muy bien vivir con él. Siento que me cuida. Y me re disciplina. Ordeno porque está él, me levanto porque está él… A veces pienso que yo soy un poco lo que soy porque lo tengo a Freddie. Hasta me pregunto cómo sería yo, o mi vida, si él no estuviera. Y me da miedo, no quiero responder esa pregunta. Siento que estábamos destinados a estar juntos, que su personalidad acompaña a la mía. Él es muy manija y yo soy muy vaga. Encajó perfecto conmigo. Y me hizo crecer.
Cuenta de Instagram: @evelynbotto
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