LULI GONZALEZ

LULI GONZALEZ, INDIA & ROCKY

Luli, además de ser youtuber y streamer, es amante de los perros. Desde pequeña se escabullía en la oscuridad para invitar a su perra Luchi a dormir con ella, aunque eso le generara una alergia atróz. De más grande, su amor se incrementó con la llegada de keisy, que con su pronta partida, su corazón también se rompió. Pero fueron India y Rocky la hicieron volver a sonreír y cambiaron para siempre la dinámica familiar, llenando de alegría otra vez el hogar.

ENTREVISTA: GUADALUPE SANTOME OSUNA

¿Cuál es el primer recuerdo que tenés en tu vida?

Yo tuve una boxer de chiquita, no me acuerdo muy bien a qué edad la trajeron a mi casa, pero sí que la adoptamos en una feria por Avellaneda. Me acuerdo que ahí mis viejos agarraron a una perra que resultó ser boxer o parecida. No sé, yo decía que tenía un boxer. En ese momento yo tenía que elegir el nombre y le puse Luz, pero nunca nadie le dijo así, porque la empezamos a llamar Luchi y es hoy en día que cuando se acuerdan de ella, le dicen Luchi. 

Era la más buena de todas. Algo curioso es que yo soy muy alérgica a los perros, lo cual es contradictorio porque los amo. Y cuando Luchi llegó a casa, a mí me empezó la alergia pero no me importaba nada, yo dormía abrazada a ella y no paraba de estornudar. Cuando mi mamá se dio cuenta me prohibió subir a la perra a la cama. Como iba al colegio a la tarde, esperaba a que todos se durmieran e iba a buscar a Luchi a la cocina haciendo el menor ruido posible para llevarla a dormir conmigo abrazadas. Mi mamá se re enojaba cuando me iba a despertar,, pero era una travesura de niña nomás. 

¿Cómo llegaron Rocky e India a tu vida?

Después de que Luchi falleció, por mi alergia, mi familia me dijo “basta de perros”, pero yo insistía, le decía a mi mamá: “¡por favor, por favor!”, pero ella me decía que no, que yo tenía alergia. Era una pelea constante de verdad. Eso fue así hasta la pandemia, cuando mi papá cayó a casa con una bulldog francesa a la que le puse Keisy y ahí se enamoraron completamente. Más bien, mi mamá se enamoró, yo creo que fue la primera vez que sintió amor de verdad por un perro, porque con Luchi la trataban más como a un animal. Y mi papá por ejemplo duerme abrazado a la perra. O sea, antes me retaban a mí y ahora ellos hacen lo mismo (risas). 

El tema es que el bulldog francés es una raza muy complicada y Keisy falleció a los dos años de vida. Yo estaba muy, pero muy triste, se sentía que faltaba un perro en la casa y un día traen de sorpresa a India. Yo estaba negada a tener otro perro porque la había pasado muy mal y pensaba que mi familia “la quería reemplazar”. Pasaron dos días y después me enamoré completamente de India. 

La historia de Rocko es muy linda, porque mi hermana Delfi va al colegio y desde el patio del colegio veía pasar a un perro rubio por la puerta y siempre pensaba: “ay, que lindo perro”, y como siempre lo veía pasar le dijo a mi mamá que había visto un perro hermoso y que no podía creer que estuviera abandonado. En ese momento no le dieron ni bola porque ya teníamos a India, pero un día mi mamá lo vió y le encantó, se arrepintió de no haberlo agarrado.  Entonces le dije que vayamos a buscarlo y así estuvimos dos días recorriendo todo el barrio del colegio de mi hermana buscando un perro que no sabíamos cómo era y ni siquiera teníamos una foto. Un día, mi mamá me llama y me dice: “Lu, lo encontré”. Estaba metido en un local de ahí que lo habían dejado entrar porque era invierno y así llegó a casa. 

¿Y desde entonces la dinámica familiar cambió?

¡Un montón! o sea, hay cosas buenas y cosas malas, lo malo es que hay mucho pelito de perro y a veces es un quilombo todo, pero mi mamá llega del laburo y lo primero que hace es salir a jugar al patio con ellos. Por otro lado mi hermanita Delfi está viviendo con India y Rocko lo que yo viví con Luchi, los ama con locura. Y yo aprendí otra forma de querer y cuidar a los animales. Es muy loco porque cambió la dinámica familiar al nivel de que nos vamos de vacaciones y los perros vienen con nosotros, por ejemplo.

Vos desde chica sos muy perrera, ¡hasta te hemos visto llorar en videos! ¿Qué es lo que te genera tanta emoción?

¡Ay sí, ya sé! (risas), lo que pasa es que yo los amo. Son tan buenos, están siempre felices y cuando llegás a casa te festejan. Yo amo jugar con los perros, estar con ellos me pone de buen humor. A veces parece que somos hermanos con Rocko e India, porque llega mi mamá y me dice “bueno, basta”, porque generamos mucho alboroto.

¿Qué es lo que te hace parecida a ellos?

A Rocky me parezco porque es más cabrón y más boludón… como que te causa ternura. A India me parezco en que es muy juguetona e inteligente. Te juro que es muy inteligente, le decís que te traiga algo en específico y va y lo hace. Además ella siempre necesita contacto físico aunque sea de lejos, ¡Cómo yo! 

Hablemos un poco de la partida de Keisy, ¿Cómo atravesaste el duelo?

Keisy fue la primera perra que tuve de más grande, yo quería vivir con ella y disfrutarla, me imaginaba cosas con ella, ¿entendes?. Ella se fue de un segundo para el otro. Yo estaba en el auto con una amiga y mi hermana me llama para darme la noticia. Fue tremendo para mi, para mi familia. Yo estaba tan mal que Marti (Benza), mi ex novia, se quedó en mi casa como dos semanas porque no podía hacer nada, estaba destruida. 

En ese momento pensaba: “listo, ya está, nunca más voy a ser feliz” porque la perra era todo para mi. La sacaba a pasear, dormía con ella. Ella era muy graciosa y me daba mucha felicidad, ya de solo verla caminar me reía y de repente… la casa vacía. no había ruidos de pisadas, ni nadie que ladre, ni nadie que te reciba tan feliz. La verdad es que fue tremendo. 

No sé si el tiempo lo cura todo, pero ya está, es algo que pasa con los perros y es natural que nos duela porque ocupan un lugar muy importante en nuestras vidas, sobre todo porque un perro es como mi hijo. 

¿Le recomendarías a tus seguidores adoptar?

Si, obvio, siempre recomiendo adoptar. Obviamente que también es una responsabilidad y no le diría a cualquiera que adopte un perro si no está seguro, si después no lo puede sacar a pasear. Pero un perro es una compañía, te dan un amor muy distinto y es todo un mundo por vivir. Es un amor incondicional me parece, nadie se puede perder de eso.