Este pequeño perro de origen belga tiene una expresión simpáticamente fiera y un aire enojado, pero su carácter es relativamente dócil, tranquilo y afectuoso. Son muy vivaces y óptimos perros de compañía. Aunque los alemanes consideran al Affenpinscher como progenitor de esta raza, otra teoría sostiene que son los Grifones Belgas (grupo de 3 razas: Griffon Belga, Griffon de Bruselas y Pequeño Brabantino) los que contribuyeron a la formación del perro alemán.
Seguramente todos descienden del antiguo Griffon de las caballerías, cruzado con el pug que le ha dado el hocico corto y la expresión. El momento de apogeo de esta raza fue al principios del 1900 y con la primera guerra mundial estuvieron a punto de extinguirse. Hoy en día se encuentran muy difundidos en los Estados Unidos. Son perros de sólida constitución, robustos, muy vivaces y activos.
Tienen la cabeza relativamente redonda y ancha y el hocico muy corto, con stop marcado y orejas que se amputan parcialmente y que el perro lleva bien erguidas. Tienen ojos grandes y redondos de color bien oscuro. El cuerpo es corto con tórax ancho y profundo. Las extremidades son rectas y proporcionadas al cuerpo. La cola se amputa dejando un tercio de su largo y es llevaba en alto. El pelaje es duro, tupido, semilargo, con barba y bigotes abundantes. Son de color rojo o rojizo. Un poco de color negro esta permitido en los pelos de la cabeza.
El Grifón de Bruselas es un perrito de mucha personalidad que originalmente se empleó para controlar las ratas. Después, por insistencia de ellos mismos, se convirtieron en perritos de compañía y guardianes. Su movimiento y estructura son elegantes y llama la atención por su expresión casi humana. Este pequeño perro se caracteriza por ser equilibrado, alerta, orgulloso, muy unido a su propietario y muy vigilante. Ni tímido ni agresivo.
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