El Bull Terrier es conocido por la forma única de su cabeza y sus pequeños ojos en forma triangular. Su temperamento ha sido descrito como amante de la diversión, así como activos y graciosos. Han aparecido como personajes en tiras cómicas, libros, películas y publicidad.
En la actualidad el Bull Terrier es un animal de lo más familiar que se caracteriza por ser un divertido compañero de juegos para los más pequeños, aunque no siempre fue así. Este perro de cabeza en forma de huevo fue, en un pasado no tan lejano, utilizado en África como perro policía y como perro de caza mayor por ser resistente a los climas tropicales.
Ya desde la Edad Media los ancestros del Bull Terrier eran utilizados en peleas de perros contra toros. En el siglo XIX se puso de moda que los perros lucharan entre sí y contra todo tipo de animales salvajes o domésticos (tejones, osos, asnos, caballos, monos e incluso leones). Los perros que se usaban en estas peleas descendían de cruces entre Bulldogs y diferentes Terriers. En 1835 se prohibieron los combates a pesar de que seguían en la ilegalidad. Por esos años ya se empezaba a diferenciar lo que en 1860 se conocería como Bull Terrier.
El Bull Terrier es disciplinado aunque a veces puede ser testarudo y desobediente. Es silencioso, dulce y agradable. Tiene un fuerte instinto territorial y hace bien el papel de perro guardián. Se le considera un perro equilibrado y amante de los niños.
El Bull Terrier es un perro fuerte, musculoso y bien proporcionado. Se caracteriza por tener una cabeza larga y fina, de forma ovalada. Tiene las orejas pequeñas, delgadas y erguidas. La cola es corta y la lleva horizontal. Su pelo es corto, liso, plano, áspero y brillante y puede ser de color blanco, manchado o atigrado (negro, rojo, leonado o tricolor).
Es conveniente educarlo desde cachorro y ser firme ante cualquier muestra de agresividad para conseguir un buen comportamiento futuro.
No demanda un ejercicio excesivo pero sacarlo a caminar a diario ayuda a mantenerlo contento.
Los bull terriers normalmente están libres de enfermedades genéticas. Suelen vivir de 10 a 12 años, aunque pueden vivir más. La perra más vieja de la que se tiene conocimiento es una australiana llamada «Puppa Trout», que vivió hasta los 25 años.
El pelo es fácil de mantener, por lo que un cepillado frecuente puede tenerlo en condiciones casi perfectas. También puede ayudar añadir aceite en su alimentación.
Necesitan hacer bastante ejercicio, sin sobre-ejercitarlo en edad joven, ya que eso puede provocar problemas musculares y no alcanzar la estatura máxima. Además, la raza es conocida por ser muy glotona, por lo que debe dosificarse la comida y el ejercicio. Son excelentes perros guardianes y tienen el oído muy bien afinado. También pueden sufrir comportamientos Obsesivo compulsivos como perseguirse el rabo dándose vueltas, automutilarse, saltar, morderse el muslo, comer sus heces y a estos animales les gusta estar en compañía, generalmente de niños.
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