Los productos que más se destacan son los dispositivos para controlar a las mascotas en momentos en los que el dueño no está en casa, ya sea para localizarlos si se perdieron o para pedirles que hagan una determinada acción. De la mano de la tecnología también llegaron formas modernas para evitar que los perros ladren demasiado.
Antes, le ponían un collar que les daba un estímulo eléctrico cuando las cuerdas locales vibraban. Pero «eso no estaba bien visto», señaló el veterinario Pablo Sehabiaga, responsable del sitio web My Pets.
Los collares para modificar el comportamiento que existen hoy en día ya no se basan en este tipo de tecnología, sino en el olor. Cuando los animales pasan un umbral de sonido, el collar larga citronella a través de una suerte de spray. «Es un olor imperceptible para las personas, pero para el perro es desagradable», agregó Sehabiaga.
Ese mismo producto, que no se encuentran en Uruguay, también puede utilizarse con control remoto. Por ejemplo, cuando el dueño detecta demasiados ladridos, aprieta un botón y la citronella se evapora. Hay otro colgante que está creciendo en su popularidad. Se llama MigoTAG y se puede conseguir en el país. Es un identificador interactivo para mascotas, que incluye un código QR y el número de teléfono de un centro de atención de 24 horas (por si el perro se pierde).
Con su celular, una persona puede leer el código QR y acceder a la historia del animal.
Revolucionarios.
Con este aparato puede saber en qué lugar está el animal (un mapa lo geolocaliza) y ver por una cámara de alta resolución que viene incorporada, (y transmite en vivo) todo lo que hace su amigo.
Al igual que muchos de los dispositivos vestibles que han lanzado las grandes compañías (Samsung con sus pulseras inteligentes y Apple con su reloj), los desarrollos también apuntan a centrarse en la salud de los animales con los que el hombre pasa más tiempo y comparte la vida. Por eso, los sensores de la correa Motorla Scout 5000 permiten saber la cantidad de pasos exactos recorridos.
Otro producto que tuvo la feria fue Petcube, un cubo equipado con varias cámaras, que permite controlar el perro a distancia (mirar lo que está haciendo) y también dialogar con él en videoconferencia. También permite jugar con la mascota mediante un puntero láser que se puede mover por la casa.
Pero, de todas formas, el invento que apunta a revolucionar la «tecnología mascotera» es el traductor de perros que planea un grupo de inventores de Suecia y Finlandia, quienes utilizaron la plataforma de financiamiento colectivo Indiegogo para hacer viable su propuesta.
La idea del aparato, llamado No more woof, es analizar los procesos de pensamiento de los animales y convertirlos en el lenguaje humano en idioma inglés.
A Uruguay está muy lejos de llegar este tipo de tecnología. De todas formas, hay dueños de mascotas que se las ingenian con intervenciones tecnológicas para optimizar la calidad de vida de su mascota y hacer más sencilla la suya.
Según contó Alejandro Benech, profesor grado 4 de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República, hay personas que utilizan «comedores automáticos».
Cuando una familia se va por unos días de la casa, deja marcado en un sistema automático en qué horario debe abrirse un comedero para que el animal tenga disponibilidad de ingerir alimentos. La idea es controlar su dieta mientras no están en casa.
Tecnología médica.
En los últimos años, la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República incorporó tecnología que busca mejorar la calidad de vida de los animales.
En 2013, adquirieron un ecocardiógrafo hospitalario que costó unos 40 mil dólares. A diferencia de los aparatos tradicionales, permite hacer diagnósticos en muy alta resolución, sobre todo en tumores abdominales.
A su vez, la facultad estudia la compra de un aparato de Rayos X digital, que apunta a mejorar, más aún, los diagnósticos de enfermedades veterinarias. «Todo esto permite avanzar tecnológicamente, pero aún estamos muy lejos de la región», afirmó Benech.
Al mismo tiempo, las clínicas privadas de animales se está equipando con equipos de último generación. Tanto en la salud como en el uso doméstico, los perros también se vuelven tecnológicos.