Luciano Pereyra & Rocky
Esta dupla llena de energía y entrega caminan juntos por los pasillos de los teatros, las discográficas y donde sea que el mundo los lleve. Entre giras y guitarras, Rocky y Luciano se sienten en su hogar.
¿Cual es el primer recuerdo que tenés de un animal en tu vida?
En Luján, donde yo me crié había mucho campo, entonces siempre había perros y caballos, toda mi vida fue acompañada de animales. No tengo registro de mi vida sin un perro al lado, formó parte muy importante para mí en la crianza y hoy en día de vivir con ellos. No me imagino mi vida sin estos seres, porque son una parte fundamental de la familia.
¿Cómo llega Rocky a tu vida?
Rocky llega por un auto regalo. Siempre me gustó promover la adopción, pero a él me lo habían recomendado como raza, creo que fue un impulso porque ni siquiera tuve posibilidad de elegir una adopción… un día pasé por una veterinaria y lo vi. Estaba con su grupito de hermanos y mientras todos saltaban y jugaban se me acercó y me dije: “es él”.
Hubo una conexión total. No nos separamos hasta el día de hoy, estamos todo el tiempo juntos excepto en las giras. Es un compañero increíble y está todo el tiempo con Poncho, un labrador de 7 años que es la tercera generación de ese tipo de perros que tengo.
¿Cómo se arreglan en las giras? ¿Con quién se queda?
Rocky y Poncho se quedan con mis papás y hay videollamada constantemente. Es muy loco porque cuando los llamo a mis papás para buscar a los perros, mi mamá me dice que una hora antes ellos ya están a la espera y el momento del reencuentro es mágico, muy emotivo. Cuando te hacen tanta fiesta, no se entiende cómo existe el maltrato animal porque son puro amor. Estos bichos tienen una capacidad increíble de mejorarte y cambiarte la vida…
¿Cuánto hay de Rocky en vos?
Yo creo que hay mucho. Amamos el sillón. Estar en casa y estar con ellos es un super plan porque estoy mucho tiempo de gira.
¿Y si fuera un artista, quien sería?
Yo creo que sería Horacio Guarany. Porque a veces en la mirada de él encuentro la mirada de este padrino artístico que a mi me falta y que tanto quiero. El también era amante de los perros y se llegaron a conocer. Horacio sabía de mi amor por los perros y al mirarlo me recuerda a él.
¿Te inspira a la hora de hacer música?
A mi lo que me gusta de él es que cuando llega ese momento de inspiración y me siento al piano o a la guitarra, el se acuesta a mi lado haciéndome compañía y cambia la energía de cualquier lugar. En cualquier sitio donde me encuentre con él, está todo bien, hay paz y compañerismo. Estoy completamente enamorado de él, hasta me emociona hablar de él porque me acompaña y está en los buenos y malos momentos… con él el aprendizaje es constante.
¿Tenés alguna anécdota para contar?
Es un perro super educado, pero una vez estábamos haciendo la prueba de sonido en el teatro Gran Rex y estábamos diciendo “mierda, mierda”, como buena suerte y Rocky hizo sus necesidades en el escenario… en ese momento dije: “Bueno, quizás nos va a ir bien porque Rocky nos trajo la mierda literal”. Después durante el show subió al escenario conmigo y estuvo ahí haciéndome compañía.
¿Por qué es mejor la vida con un perro?
Porque se hace diferente la vida con los humanos, con los perros podés ser vos, te ayuda realmente a ser vos mismo. Con las personas creo que es mucho más complicado el trato, entonces después de todo el día de tratarnos con los humanos y con la energía que eso conlleva, llegar a tu casa y que haya alguien moviéndome la cola y llenándote de besos es como sentirse completo.
Siempre digo que me encanta irme de gira porque mi momento favorito es volver porque estoy con mi perro, porque son mi hogar.
SOBRE LUCIANO:
Es cantante y compositor, su primer contacto con la música fue a los tres años y desde ese momento, se ha convertido en uno de los artistas más reconocidos de Argentina. Compartió escenarios con Mercedes Sosa y Soledad Pastorutti, y hoy se avoca a un nuevo estilo musical, siempre con la esencia que lo caracteriza.
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