Los galgos corren por su vida

La ley tiene prioridad en el Congreso desde hace más de un año y aún así todavía no fue promulgada. Mientras tanto, la policía, los partidos políticos y los apostadores se siguen enriqueciendo a cuesta de los perros que son explotados en las carreras.

Por: Guadalupe Santomé Osuna

El proyecto legislativo conocido como Ley de galgos tiene media sanción desde julio de 2015, habiendo sido aprobada por el Senado de la Nación a pedido del diputado Alberto Asseff y de distintas organizaciones protectoras de animales. Prohíbe tanto el maltrato como las carreras de galgos en todo el país, sancionando a quien promueva esta actividad con prisión hasta de cuatro años y pago de multas de hasta ochenta mil pesos.

Impulsada por varias ONGS, el proyecto de ley debió tener prioridad en el Congreso hace ya más de un año, pero poco se ha avanzado. Sólo en la provincia de Neuquén los diputados dijeron ¡no! a las carreras de perros y a la explotación animal.

No obstante y a partir de los reiterados pedidos por parte distintas ONGS para detener las carreras, los perros que se utilizaban para competencias comenzaron a ser desechados por sus dueños como si fueran basura. Gracias a los rescatistas y a la gente amante de los animales muchos de ellos fueron rescatados y hoy están o en un hogar de tránsito o en una protectora de animales (tales como Adopte un galgo en Argentina, El Instituto Pasteur, Proyecto 4 patas, la facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA, entre otros)y muchos de ellos ya tienen una familia definitiva.

 

“Los galgos son el reflejo del maltrato animal y de la indiferencia de los distintos gobiernos con las leyes de protección los animales”, dijo la senadora María Magdalena Odarda, quien ayudó a ingresar la petición de ley al Congreso de la Nación. Su texto anuncia que no solo se penarán las carreras sino que también se cerraran los más de 60 canódromos que hay sólo en la provincia de Buenos Aires y que además, la ley será de carácter Nacional.

El mundo de las apuestas y las carreras (tanto de caballos como de galgos), es un mundo oscuro y codicioso, donde los dueños de los animales los exigen hasta que se fracturan o se hacen viejos y ya no tienen tanta velocidad como de cachorros; es entonces cuando deciden deshacerse de ellos y comprar uno nuevo.

Pero los dueños no son los únicos responsables de que esta actividad sea llevada a cabo: según Proyecto Galgo Argentina, la policía de la provincia de Buenos Aires está enterada de los canódromos pero no quieren hacerse cargo de la situación.

La agrupación Adopta un galgo en Argentina por otro lado, hace responsables del delito no solo a los policías sino también a las intendencias de cada distrito del conurbano y por supuesto, al gobierno nacional y provincial, ya que estos dos últimos tienen la promesa incumplida de priorizar el proyecto de ley en el Congreso y de hacer cumplirla ley de maltrato animal.

“La ilegalidad de las carreras no involucra solo a la provincia de Buenos Aires sino a toda Argentina y la responsabilidad del no cumplimiento de la ley corresponde a la policía, las intendencias y todas las personas que autorizan los eventos” declaró la vocera de la ONG Adopta un galgo en Argentina, Alejandra Peralta.

Otro aspecto importante a tener en cuenta son las estadísticas y la cantidad de dinero (aproximadamente 70 mil pesos por día en cada canódromo) que pasa a través de las carreras de perros. Los galgos de competencia suelen quedar mal heridos ya que su “vida útil” es hasta los tres años y mientras tanto, son inyectados con varias drogas (entre ellas cocaína y éxtasis) para que su rendimiento sea mayor y hasta son molestados de una forma tan dolorosa antes de cada competición que literalmente corren por sus vidas.

Galgos en el canodromo

El sufrimiento de estos perros no empieza ni termina en las carreras ya que tienen un entrenamiento muy duro: Son obligados a correr atados a un vehículo para alcanzar un cierto rendimiento y velocidad, los alimentan con comida para perros mezclada con sustancias para mejorar la masa muscular y no son llevados a consultas periódicas con el veterinario, por lo que si están heridos, no reciben la atención adecuada.

Es cierto que hasta que la ley no esté en el boletín oficial no se puede hacer nada al respecto con las carreras pero sí se pueden denunciar las actividades ilegales y el maltrato animal gracias a la ley 14.346 que establece penas para las personas que maltraten o hagan víctimas de actos de crueldad a los animales.

La ley 14.346 establece que según sus art. 1 y 2 será reprimido a quince días o a un año de prisión a quien actué con malos tratos o hiciere víctimas de actos de crueldad a los animales y que serán considerados actos de maltrato a:

No alimentar en cantidad y calidad suficiente a los animales domésticos o cautivos.

Azuzarlos para el trabajo mediante instrumentos que, no siendo de simple estímulo, les provoquen innecesarios castigos o sensaciones dolorosas.

Hacerlos trabajar en jornadas excesivas sin proporcionarles descanso adecuado, según las estaciones climáticas.

Emplearlos en el trabajo cuando no se hallen en estado físico adecuado.

Estimularlos con drogas sin perseguir fines terapéuticos.

Emplear animales en el tiro de vehículos que excedan notoriamente sus fuerzas.

Afortunadamente hay muchas maneras de hacerle llegar esta información a la población gracias a la difusión por medio de las redes sociales y mucho mejor aún si es a través de entidades de renombre como las ONGS mencionadas.

 

Después de tanto sufrimiento y maltrato los galgos pueden llegar a tener finales felices y una vida rodeada de amor gracias muchas ONGS y a las familias con aprecio hacia los animales les dan un lugar donde vivir y los curan hasta darlos en adopción.

Jornada de adopción de galgos en los Bosques de Palermo

Alejandra Peralta en este sentido remarcó que: “Los galgos se dan en adopción una vez recuperados de sus dolencias, ya castrado y vacunado. A la familia que quiere adoptar inicialmente se le envía un cuestionario que deben completar, si son aptos reciben la entrevista en casa de un voluntario de la ONG y en el caso q todo esté en condiciones se lleva a cabo la adopción con posteriores seguimientos”. Hasta el momento se dieron en adopción responsable a aproximadamente 700 galgos y aunque se encuentran entre uno y dos galgos por día abandonados, todas las ONGS y los refugios de animales tienen capacidad para sanarlos y darles afecto hasta que una nueva familia se los lleve a casa

La ley de galgos es tan importante que se está haciendo una junta de firmas mediante la página change.org (https://www.change.org/p/prohibicion-de-las-carreras-de-galgos-stopgalgueros) para que finalmente obtenga una sanción completa y sea incluida en el boletín oficial para poder hacerla cumplir. Pero mientras los partidos políticos y la policía sigan involucrados en las carreras y eventos de explotación animal, sólo se puede intentar hacer cumplir las leyes de maltrato animal e intentar destapar toda la corrupción que hay detrás de esas cuatro patitas que corren hasta el cansancio y con la esperanza de que algún día ya no serán explotadas.