Gracias por darnos alegría todos los años que nos acompañaste. Mi compañero de siestas al sol. Pegote y lamedor. Siempre recordare el ruido de tus patitas en el piso entrando a casa , después de saltar el cerco que poniamos para que no entres. Sentado en la cocina esperando algun premio. O simplemente, patas arriba en el pasto disfrutando el dia. Siestas eternas, y el pelo apelmazado después de tanto dormir.
Ame cada paseo, las últimas idas al veterinario, y los últimos momentos juntos como si supieras que era el final. Fueron mágicos y lindos. Te recuerdo siempre milo. Y te extraño también
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