Tras el devastador tornado de al menos 800 metros de ancho, que atravesó los suburbios de Oklahoma City, destrozando barrios enteros y destruyendo casas y escuelas primarias, una conmovedora historia resurgió en las últimas horas, cuando una señora halló a su perro debajo de las chapas de su casa.
Exhausta, con el alma golpeada y su brazos magullados llenos de moretones, la mujer empezó a apartar los restos de lo que sólo unos minutos antes era su casa para liberar a su mascota, en sorprendente buen estado.
Una vez que constató que su perro se encontraba bien, Garcia exclamó a los periodistas: «Dios no sólo ha respondido a mis ruegos de que no me sucediese nada, sino que además también ha hecho caso a mi plegaria para que él también estuviese bien».
La de Barbara Garcia es una de las pocas historias con final feliz entra las de los cientos de víctimas del tornado que sacudió ayer las afueras de la ciudad de Oklahoma y la pequeña localidad de Moore. La tragedia se cebó especialmente con los más pequeños: el tornado arrasó tres colegios y provocó la muerte a 20 menores, más de 91 personas y dejó cientos de heridos.
En medio de la entrevista, el camarógrafo escucha los ladridos del perro, que aparece por debajo de los escombros.
FUENTE: LANACION.COM