Muchos expertos veterinarios coinciden en señalar que no es conveniente bañar a los animales, ya que el olor es su medio de identidad y de comunicación. Sin embargo, en el caso de las mascotas domésticas, este proceso es imprescindible para mantener la higiene pues es más agradable que estén limpios. No obstante, conviene seguir una serie de consejos para que esto no resulte perjudicial para su salud, pues no podemos pretender que un perro no huela como tal. Es necesario respetar su naturaleza y asearlos con la periodicidad recomendada para no causarles daño.
El primer baño es aconsejable sólo después de haber concluido el cuadro de vacunas del cachorro. Si queremos disminuir el olor que desprenden podemos utilizar talco de baño seco y cepillarles frecuentemente. Uno (o varios) cepillados diarios es efectivo y ademas ayuda a quitar los «pelos muertos», disminuye los pelos sueltos en casa y hace un efecto de masaje sobre el animal que tambien retribuye beneficiosamente a su salud y refuerza el lazo emocional con sus dueños. Esta es una actividad que bien puede asignarsele a los pequeños de la casa, de tal forma que, con una sencilla tarea, vayan educandose en la responsabilidad de las tareas de cuidado de la mascota familiar.
Los baños se deben administrar a los perros regularmente, pero no muy seguido ya que ello puede disminuir las defensas que el animal posee, o eliminar la lubricación natural del pelo produciendo resequedad de la piel. También es perjudicial bañar al perro con mucha frecuencia porque la humedad permanece en el animal durante dos o tres días, aunque se le haya secado con cuidado, aumentando las posibilidades de que el perro sufra dificultades respiratorias en el futuro.
Hay olores del animal que no se eliminan mediante el baño, pero el hecho de bañarles más a menudo no es una solución para erradicarlos, ya que sólo es posible hacer que desaparezcan mediante un tratamiento médico. Es importante buscar ayuda profesional.
Pasos a seguir
El primer paso es asegurarse de que el agua esté tibia. Posteriormente, hay que frotar bien el pelo con algún champú especial para mascotas.Cuando se proceda a lavar la cabeza, hay que extremar las precauciones para evitar que el agua o jabón se introduzca en sus oídos o en sus ojos. El enjuague debe hacerse efectivamente pues, porque muchos perros sufren trastornos en la piel debido a los restos de shampoo o jabón que les dejan sus dueños.
Después del baño
El proceso de higiene del perro continúa con el secado. Es conveniente acostumbrar al animal al secador de pelo desde pequeño: se trata del medio más eficaz y rápido porque evita que la humedad persista durante demasiado tiempo. No obstante, hay que cuidar que el aire caliente no penetre en sus oídos. Antes de utilizar el secador se hace un primer secado con una toalla, con la cual se le acaricia, sin frotar, y siempre en sentido descendente para evitar los rizos. Para completar todo el proceso hay que proceder a peinar y cepillar al perro.
Baños de Gatos
La tarea de bañar a un gato es realmente complicada si el animal no está acostumbrado desde cachorro, y realmente, dado que el gato es un animal que dedica mucho tiempo del día a su propio aseo, el baño sólo debería practicarse cuando sea necesario: si realmente está sucio, en el caso de gatos que salen al jardín o al campo. En circunstancias normales, un cepillado diario a fondo elimina toda la suciedad y resulta más beneficioso para el gato. No obstante, éstas son algunas precauciones a tener en cuenta antes de bañar a nuestro gatito por primera vez.