El origen se remonta en el siglo XVII, cuando algunos ingleses comenzaron la cría de perros de caza que se adecuasen a la práctica de este deporte con escopeta. En la primera exposición canina celebrada en Inglaterra sólo se admitían perros de razas pointer o spaniel.
Como ocurre tantas veces, existen varias teorías acerca de los orígenes del pointer. Algunos expertos afirman que es descendiente del braco francés mientras otros dicen que su antepasado en el braco inglés. Una tercera corriente tiene la opinión de que fue el braco español el padre de esta estirpe, ya que este perro se estableció en Gran Bretaña por 1793.
El pointer ha sido definido como el perro de caza por excelencia, en virtud de sus clásicas formas. Veloz e incansable cazador, orgullo de los apasionados de las grandes búsquedas por sus grandes cualidades, que sabe poner de manifiesto sobre terrenos llanos y limpios.
Dotado de un finísimo olfato sabe percibir el más leve olor de cualquier animal, incluso en climas cálidos y secos. Galopador incansable, de ánimo impetuoso y buscador veloz.
Las características de su modo de trabajar son la muestra muy firme, erguida y muy expresiva, y la guía decidida y vehemente. En el campo doméstico, esta raza se caracteriza por ser muy fiel, noble y cariñoso.
Tiene un tórax ancho, muslos y patas bien desarrollados y musculosos. Pies ovalados, con dedos arqueados. Cola de mediana longitud, gruesa en la base, se va afinando gradualmente hacia la punta, llevada a nivel del cuerpo. El pelaje es fino, corto, rígido, perfectamente liso y lustroso.
En varios casos el Pointer sufre de entropión, enfermedad coronaria, a veces de sordera; su esperanza de vida es de 12-15 años. El Pointer necesita por lo menos una hora ejercicio diario. En casa necesita espacio para ejercicio al aire libre. El Pointer puede vivir al aire libre en climas templados a cálidos, siempre y cuando se le da una cama suave y un refugio cálido.
[easy-share counters=1 counter_pos="insidename"]