Los beagle son una raza de perros de tamaño pequeño a mediano. Tienen un aspecto similar al foxhound pero de menor tamaño, con patas más cortas y orejas más largas y suaves. Es un sabueso utilizado principalmente para rastrear liebres, conejos y otras piezas de caza. Su gran capacidad olfativa e instinto de rastreo hace que se utilicen como perros de detección de importaciones agrícolas prohibidas y productos alimenticios en cuarentena a lo largo de todo del mundo. Son animales inteligentes, y populares como animales domésticos debido a su talla, carácter tranquilo y carencia de problemas de salud congénitos. Estas características también hacen de ellos una opción como sujeto de experimentación in vivo.
Aunque esta raza existe desde hace más de 2000 años, el desarrollo moderno de su cría comenzó en Gran Bretaña en torno a los años 1830 junto con otras razas como los talbot, el north country beagle, el southern hound y posiblemente el harrier.
Los orígenes de esta raza no están muy claros, pero perros de la talla y características similares al beagle moderno se remontan hasta la Antigua Grecia.1 Jenofonte(ca. 431 a. C. – 354 a. C.), en su Treatise on Hunting o Cynegeticus menciona a un sabueso que cazaba liebres mediante el olfato y al que se seguía a pie. También se mencionan pequeños sabuesos en las Leyes Forestales de Canuto el Grande, donde se los eximía de la ordenanza que establecía que a todos los perros capaces de acosar a un venado se les debía mutilar una pata. De ser cierto, estas leyes confirmarían que perros del tipo del beagle existían en Inglaterra antes de 1016, pero es probable que fueran escritas en la Edad Media y se les quisiera dar una percepción de antigüedad y tradición
A partir de la época medieval, el término beagle se utilizó como nombre genérico para referirse a los sabuesos más pequeños, aunque estos perros se diferenciaran bastante de la raza moderna. Unas razas de perros diminutos tipo beagle ya se conocían en tiempos Eduardo II y Enrique VII, que tenían jaurías de «beagles de guante» (glove beagles), llamados así por su pequeño tamaño, y la reina Isabel I tenía unos perros conocidos como «beagles de bolsillo» (pocket beagles), que solo tenían de 20 a 23 cm de altura hasta la cruz, lo bastante pequeños como para poder llevarse en un bolsillo o alforja mientras se montaba a caballo durante una cacería. Los sabuesos más grandes perseguían y levantaban la presa y después los cazadores soltaban a los perros pequeños para proseguir la persecución por la maleza. Isabel I se refería a estos perros como sus «beagles cantores» (singing beagles) y a menudo entretenía a los invitados a su mesa real dejando a sus «beagle de bolsillo» dar cabriolas entre los platos y tazas.Fuentes del siglo XIX se refieren a estas razas indistintamente y es posible que ambos nombres se refieran a la misma pequeña raza. En el libro de 1866 de George Jesse Researches into the History of the British Dog, el poeta y escritor de principios del siglo XVII Gervase Markham es citado refiriéndose al beagle como lo bastante pequeño como para sentarse en la mano de un hombre.
En el siglo XVIII se habían desarrollado dos razas para cazar liebres y conejos: el southern hound y el north country beagle (o northern hound). El southern hound, un perro alto y robusto con una cabeza cuadrada y orejas largas y suaves, era común desde el sur del río Trent y probablemente estaba estrechamente relacionado con el talbot; aunque lento, tenía resistencia y un excelente olfato. El north country beagle, posiblemente un cruce de una rama de la estirpe del talbot y un galgo, fue criado principalmente en Yorkshire y era común en los condados del norte. Era más pequeño que el del sur, menos corpulento y con un hocico más puntiagudo; era más rápido que su equivalente del sur, pero sus capacidades olfativas estaban menos desarrolladas. Cuando la caza del zorro se hizo cada vez más popular, los ejemplares de ambos tipos de sabuesos disminuyeron. Los perros del tipo del beagle fueron cruzados con razas más grandes, como los sabuesos cazadores de venados, para producir el foxhound moderno. Las variedades de perros del tamaño del beagle estuvieron cerca de la extinción pero algunos agricultores del sur de Inglaterra aseguraron la supervivencia de las razas prototipo manteniendo pequeños grupos para la caza de conejos.
El reverendo Phillip Honeywood estableció un criadero de beagles en Essex en los años 1830 y se cree que este grupo constituyó la base para la formación de la raza beagle moderna. Aunque no existen registros con los detalles del linaje de esta perrada, se cree tanto los southern hound como los north country beagle estaban fuertemente representados; el veterinario británico William Youatt sospechaba que el harrier constituía una buena parte de la herencia genética del beagle, opinión compartida por otros estudiosos en la actualidad.Los beagles de Honeywood eran pequeños, con una altura hasta la cruz de unos 25 cm y, según escribió John Mills en su The Sportsman’s Library (1845), de color blanco puro. El príncipe Alberto, esposo de la reinaVictoria, y Lord Winterton también tenían jaurías de beagles en esa época, y el favor real sin duda ayudó al incremento del interés hacia esta raza, aunque el grupo de Honeywood estaba considerado como el más refinado de los tres.
En los años 1840, se comenzó a desarrollar un estándar para el beagle: se había perdido la distinción entre el north country beagle y el southern hound, pero todavía había una gran variación en talla, carácter y fiabilidad entre los nuevos grupos emergentes. En 1856, «Stonehenge» (seudónimo de John Henry Walsh, editor de The Field), escribiendo en el Manual of British Rural Sports todavía dividía a los beagles en cuatro variedades: el medio, el enano o «faldero», el fox beagle (una versión más pequeña y lenta del foxhound) y el de pelaje áspero o beagle terrier, que él clasificó como una mezcla de cualquiera de las otras variedades y una de las variedades de terrier escocesas.
Su aspecto general es similar al de un foxhound de pequeño tamaño, pero la cabeza es más amplia, el hocico más corto, la expresión completamente diferente y las piernas más cortas en relación con el cuerpo. Tienen una altura de entre 33 y 41 cm hasta la cruz y pesan entre 8 y 16 kg; las hembras son por lo general ligeramente más pequeñas que los machos.
La cabeza es alargada y fuerte; en las hembras suele ser más estilizada. El cráneo es liso, ancho y con una ligera cresta occipital. El hocico es de tamaño medio y cortado en ángulo recto, con la trufa (nariz) ancha, con los orificios nasales amplios y generalmente negra. Los ojos son de color marrón oscuro o avellana, bastante grandes, no suelen estar hundidos en las órbitas ni tampoco son saltones. Las orejas son amplias y largas, con la punta redondeada y llegan casi hasta la punta de la nariz si las estiramos hacia delante; de inserción baja, su textura es suave y cuelgan cerca de los pómulos. Tienen un cuello fuerte y de longitud media (lo suficientemente largo como para permitir que baje la cabeza hasta el suelo fácilmente para poder seguir un rastro), ligeramente arqueado y con poca papada. Tiene un pecho amplio que se estrecha hacia un abdomen afilado y llega, en su parte inferior, hasta debajo de los codos; costillas arqueadas que se extienden hacia atrás, y el vientre no tiene un recogimiento excesivo. La cola es robusta y no muy larga, bien cubierta de pelo, especialmente en su parte inferior, y con la punta blanca, lo que permite que el perro pueda verse fácilmente cuando están con la cabeza baja siguiendo un rastro; la cola no se riza sobre su espalda, pero se sostiene erguida cuando el perro se encuentra activo.
El beagle tiene un cuerpo musculoso y una talla media; es de constitución cuadrada: la longitud desde el pecho hasta las piernas es casi igual a la altura desde el suelo hasta la cruz. Su pelaje es liso, corto, denso y resistente a los cambios climatológicos bruscos. Los hombros se encuentran echados hacia atrás y no muy cargados; las patas tienen nudillos prominentes, almohadillas plantares resistentes y uñas cortas; las delanteras son rectas y aplomadas y las traseras son musculosas y dobladas en la articulación superior.
Es un perro apacible, tanto en su carácter como en su disposición. Descrito en varios estándares de raza como «alegre» (merry), son afectuosos y generalmente no son agresivos, pero tampoco tímidos. Disfrutan de la compañía y, aunque puedan mostrarse inicialmente fríos con los extraños, los aceptan con facilidad, lo que hace de ellos unos perros guardianes poco adecuados, aunque su tendencia a ladrar o aullar cuando avistan desconocidos los convierta en posibles perros de vigilancia. En un estudio del año 1985 dirigido por Ben y Lynette Hart, otorgaron al beagle la posición de excitabilidad más alta, junto con el Yorkshire terrier, el cairn terrier, el schnauzer miniatura, el West Highland white terrier y el fox terrier.
Los beagles son inteligentes pero, al ser una raza criada para largas persecuciones, son decididos y resueltos, lo que puede hacerlos difíciles de entrenar. Son generalmente obedientes, pero puede ser difícil hacerles retroceder una vez que han percibido un rastro, y pueden distraerse con facilidad por olores a su alrededor. Por lo general no se presentan a concursos de obediencia en exhibiciones caninas; mientras están atentos o en alerta, responden bien al entrenamiento mediante recompensas de comida, y están impacientes por complacer, aunque se distraen o aburren con facilidad. Están clasificados en el puesto 72 en el libro The Intelligence of Dogs (La inteligencia de los perros) de Stanley Coren, ya que Coren los sitúa en el grupo con el nivel más bajo de inteligencia trabajo/obediencia; sin embargo esta escala no mide la comprensión o asimilación, la independencia o la creatividad.
Estos perros tienen un excelente comportamiento con los niños, y quizás este sea uno de los motivos por los que es uno de los animales domésticos más populares en las familias, pero son animales de jauría y pueden ser propensos a la llamada «ansiedad por separación».No todos los beagles aullarán, pero la mayoría ladrará cuando se enfrente a situaciones extrañas, y algunos darán aullidos cuando perciban el rastro de una presa potencial.
Por lo general se comportan bien ante otros perros. No son exigentes en cuanto al ejercicio; su resistencia innata implica que no se cansan fácilmente cuando realizan ejercicio, pero no deben ejercitarse hasta el agotamiento antes de darles un descanso, aunque el ejercicio regular ayuda a evitar el aumento de peso al que esta raza es propensa.