Los perros, además de ser muy sensitivos, pueden ser entrenados para brindar asistencia e independencia a quienes poseen visión reducida o son ciegos. Pero ¿Sabías que sólo 35 argentinos tienen la posibilidad de ser acompañados por ellos?.
Para resolver este problema se creó la Escuela de Perros Guías Argentinos (EPGA), que trabaja hace más de diez años en el entrenamiento de perros que colaboran en cuestiones de vida cotidiana. De hecho, el pasado fin de semana, esta ONG realizó su sexta entrega de perros a 6 personas ciegas, llegando al programa de veinte lazarillos entregados y que contribuirán a mejorar notablemente la calidad de vida e integración social.
Estos perros pueden ser entregados a cualquier persona con esta discapacidad que tenga buen manejo de bastón blanco, siempre y cuando haya realizado el curso de orientación y movilidad y cuente con un certificado discapacidad que acredite que nada le impide manejarse con un animal de compañía.
Los perros guía son, por lo general, labradores retriever o golden retriever, por su temperamento tan cariñoso y cordial y sus características físicas, lo que facilita su entrenamiento y labor. Entrenarlos, lleva aproximadamente dos años desde su nacimiento y cuando ya está listo, es asignado para acompañar al no vidente durante ocho años como fiel guía y compañero de vida. Luego, a los diez años de vida del perro, se lo “jubila” y se vuelve parte de la familia, mientras que su trabajo es reemplazado por otro más joven que asegure la continuidad de la independencia alcanzada.
Si la familia adoptante del perro no puede efectivizar su cuidado, la ONG asegurará de forma inmediata el mantenimiento y contención del perro “jubilado”.
La sensibilidad canina llega a todas partes y a todos, sin importar la edad, el sexo o si es vidente o no. Su nobleza hace que puedan acompañar y guiar a aquellos que no ven para hacerles la vida más fácil, darles cariño, contención y confianza.
Porque el amor viene de muchas maneras, y es mucho mejor si lo hace en forma de perro lazarillo.