Todos los días comparte las aventuras de sus hijas gatunas y sus miles de seguidores las aman. “Mucha gente me escribe diciendo que le empezaron a gustar los gatos por ellas. O que les pusieron sus nombres. Es increíble. Me encanta poder concientizar a través de mis redes”,asegura la influencer.
Por Paula Labonia.
Fotografía Caro Herrera.
En el perfil de tus redes tenés una foto de Lola. ¿Por qué la elegiste?
Elegí esa foto porque representa mucho para mí. Es de cuando la estaba bañando porque nos mudábamos de México a Corea y quería que viajara limpia. Era la primera vez que nos separábamos. Cuando nos mudamos de Estados Unidos a México, Lola viajó conmigo. La llevamos en un bolso. Pero después ya no, para los demás contratamos una empresa.
¡Ya es experta en aviones! ¿Recordás alguna anécdota de sus viajes?
Lola es re viajada. Acumula millas gatunas. Es una gata bien, muy glamorosa y habla más de un idioma. Me acuerdo que de Estados Unidos a México me hizo pis encima. Me subí al avión toda meada por ella. La gente me miraba. ¡Y el olor que tenía yo!
¿Nació en Estados Unidos?
Sí. Mis tres hijos querían una mascota y fui con mi mamá a un refugio para adoptar un gato. Había como cien pero ninguno nos generó feeling. Cuando nos estábamos yendo, la chica de ahí nos comentó que recién había ingresado uno. Aún no sabían qué sexo era incluso. Lo tenían en el fondo, estaba lastimado, recién rescatado. Mi mamá lo agarró, se lo apoyó en ella y dijimos “es este”. Era Lola, que ya está por cumplir 9 años.
¿Por qué te inclinaste por un gato?
Porque siempre tuve de chica. Toda la vida fui más de gatos que de perros. Es un amor heredado de mi mamá. Y Lola es muy significativa para nosotros porque pese a los cambios de país, de colegio y de casa, fue lo único que tuvimos permanente. Ella es todo lo que está bien.
¿Y cómo fue la llegada de Asia? ¿Se adaptó fácil a ella?
Su llegada costó. Hemos tenido otros intentos de traer gatitos pero Lola lo tomó muy mal. Se enfermaba, estaba deprimida, tenía permanentemente infecciones en los riñones… Querían jugarle todo el tiempo y ella se sentía invadida de entrada. Con Asia fue distinto porque era muy bebé. Apareció cuando tendría unos diez días en la ventana de la casa de mi amiga Romi Fuks.
¿Ahora ya se llevan bien?
Sí. Ahora pueden estar en el mismo ambiente. Adentro, si Asia le quiere jugar, Lola le gru
ñe, pero en el jardín no tiene problema.
Asia llegó en plena pandemia, ¿notás alguna diferencia con la crianza de Lola?
Sí. Asia es una gata que creció con una familia alrededor las 24 horas del día. Quizás los animales prepandemia no están acostumbrados a eso. Ella no sabe lo que es que la casa esté vacía. No sabe quedarse sola. Al extremo que los chicos iban a lo de mi mamá con ella. O cuando van a lo del padre también.
¿Cómo eligieron sus nombres?
Cuando adoptamos a Lola esperamos como diez días porque los entregan castrados. Y como no sabíamos el sexo, pensamos dos nombres. Si era macho iba a ser Oreo, lo eligieron los chicos. Y si era hembra, Lola, que lo propuse yo. Y el otro, bueno, nosotros tenemos amor por Asia. Iba a ser ese o Tokio. Le decíamos “la gati”.Y un día dije: “Listo, va a ser Asia”.
En tus redes Lola y Asia ya son como celebrities… ¿les abrirías cuentas personales?
Lola tenía. La manejaba mi hija pero ya no la seguimos. A mí lo que me gusta es desde mi cuenta llevar el mensaje de la adopción y el cuidado. Mucha gente me escribe diciendo que le empezaron a gustar los gatos por ellas. O que les pusieron sus nombres. Es increíble. Me encanta poder concientizar a través de mis redes”
Dicen que los animales se parecen mucho a sus dueños, ¿qué tienen Lola y Asia de vos?
¡Ah! Qué buena pregunta. Yo creo que Lola se parece a mí… (piensa) en que le gusta viajar, explorando cosas nuevas. Y tiene un poder de adaptación increíble. Llega a una casa nueva y a los dos minutos la ves echada como si fuera su casa de toda la vida. Yo soy igual. Y Asia es más rea e inquieta, también como yo.
Cuenta de Instagram: @nanainseul
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