Antrozoología o la relación perro-humano

El psicólogo Marcos Díaz Videla explica qué es el “efecto mascota” y cómo influye positivamente la mirada del perro sobre el humano.
Antrozoología y la relación perro-humano es un libro escrito por el psicólogo Marcos Díaz Videla, quien intenta explicar el vínculo afectivo y sus consecuencias entre el humano y los animales de compañía desde una mirada científica y psicológica. Con un lenguaje simple y fácil de comprender, Marcos articula respuestas a aquellas hipótesis planteadas socialmente, como cuáles son los impactos positivos que tienen las mascotas sobre las personas tanto psicológicamente como en cuestiones de salud y por qué la cultura occidental incorporó tan rápidamente a los perros dentro del seno familiar.

Por Guadalupe Santomé Osuna
Foto: Marcos, Dalma y Giannina. Foto tomada por Karina Carpintero

¿Cómo surgió la investigación?
Yo soy psicólogo con formación de grado, después hice un doctorado en psicología en el cual tenés que hacer una investigación bastante grande y yo elegí el tema acerca de las relaciones con sus perros. Esto surgió en una clase de posgrado cuando analizábamos los tipos de cambios en las familias y se plantea cambios que son continuos en donde las reglas de la familia no se modifican (por ejemplo, cuando los chicos pasan de grado) y otros cambios que son discontinuos. El docente pidió que diéramos algún ejemplo de cuando una familia sufría cambios discontinuos y me referí al momento en el que había adoptado a mis dos perras, Dalma y Giannina, lo cual generó mucha risa… inclusive yo en un principio lo dije medio en tono de chiste, pero a medida que lo empecé a plantear, comencé a hablar de las modificaciones de los espacios, la rutina, los horarios y claramente representaba un cambio discontinuo y a partir de ahí empecé a pensar en qué pasa con la vida de las personas, por qué ocurre esto.
Aunque yo siempre me consideré una persona muy especial con mis perros, veía que la cosa era mucho más masiva y por eso me interesó poder estudiarlo. Este tema de que quizás las personas que tienen un vínculo muy fuerte con los animales, ¿tienen alguna condición patológica o podría tenerla al menos? ¿Carecen de algún tipo de afecto o vínculo humano o buscan compensarlo o sustituirlo? Esas son algunas de las preguntas a resolver.
¿Podrías explicar en simples palabras de qué se trata tu libro?
El libro trata básicamente recabar información científica acerca de estos vínculos de estas personas con los animales y comprender un poco las hipótesis que hay en el saber popular. La ciencia dejó un hueco durante mucho tiempo frente a esto porque esto nunca fue tomado como objeto de estudio ni de la psicología ni de la sociología o la antropología. Intenta acercar al público general el resultado de las interacciones científicas con estos vínculos de las personas y los animales de compañía, sobre las características de estas personas que desarrollan este vínculo con sus perros alrededor de todo el mundo. Es una posición bastante animalista, porque yo soy vegano.
En el libro hablás sobre la influencia de los perros en la salud: ¿Podrías explicar este punto en particular?
Tradicionalmente siempre se estudió la zoonosis, que son las enfermedades que se trasmiten a los humanos de los otros animales pero nunca se consideró que podría haber algunos aspectos positivos o beneficios dentro de la salud. En el libro, hablo del “efecto mascota”, es decir, sobre los efectos positivos en la salud de las personas que tienen las interacciones actuales fuera del contexto terapéutico con los animales de compañía, como por ejemplo, el mayor porcentaje de sobrevida en pacientes con enfermedades cardíacas. También observo que tienen menor nivel de presión arterial, ya que al realizar una tarea en presencia de ese perro o ese gato resulta favorable para la persona. Mayores medidas de bienestar, autoestima, eficacia, poco sentimiento de soledad y toda una rama de cosas que se dan en las interacciones sociales.

¿Y qué sucede en el plano de la psicología con respecto a la tenencia de un perro?
Hay que tener cuidado con esa tendencia a “preescribirle” a un paciente tener un animal de compañía porque hay que contemplar varios problemas en la vida, por ejemplo, los financieros e inclusive pueden dificultad más la situación. Pero los animales de compañía y sobre todos los perros hacen que la persona tenga, por un lado, la situación de tener que hacerse cargo de otro, el hecho de sentir esa responsabilidad y por otro lado también podemos vincularlos con el tema del suicidio, ya que el hecho de tener a alguien a cargo cambia mucho la situación de cuando no lo tenía (y por eso quizás quería terminar con su vida), aunque sé que puede sonar un poco extremo, el hecho de interactuar con otro que no te juzga, que te valida y te hace sentir querido, también refuerza el autoestima, a eso se le suma el mayor incremento de actividad física y además, hay un incremento en las relaciones sociales (en el caso de los perros cuando vas a la plaza). También, la tenencia de perros incrementan las posibilidades de conseguir una pareja ya que hace “de puente” para la interacción, sobre todo si son cachorros.
¿Cómo incluyen las familias al perro dentro del seno familiar? ¿Por qué se da decir que “el perro es parte de nuestra familia”?
Esto ocurre por una interacción del animal de compañía a la familia. ¿En qué sentido se incorpora a la familia?, la familia tiene que poder educar a este nuevo integrante dentro de las reglas o las normas de la casa, el perro debe aprender qué espacios están prohibidos y que puede hacer, que hay horarios, etc. Además, la familia debe adaptarse también a incorporar un miembro que es de otra especie, entonces comienzan a aceptarse a sí mismos como una manada. Es decir, por un lado, el nuevo integrante se piensa en términos humanos y por otro, nosotros mismos empezamos a funcionar como una manada de su misma especie.
También está el tema de la negociación, que es importante destacarlo porque aunque parece que el animal es pasivo, la realidad es que no tanto. El perro negocia las reglas de la casa, y hay veces que gana y a veces pierde (por ejemplo, gana subirse al sillón pero tiene prohibido entrar a la habitación). Incluso, las fotos familiares y las vacaciones incluyen a los animales y eso los hacen miembros de una familia.
Quien posa en la portada del libro, ¿Es tu perra?
¡Si!, es mi perra Dalma. Yo le mandé muchas fotos a la editora de mis amigos interactuando con sus perros, pero ellos son más fotogénicos que los humanos, claramente, y por votación se eligió la foto de mi perra.